jueves, 21 de junio de 2012

Reírse un poco (de sí mismo)


Ayer por la mañana circulaba yo en coche por las calles del centro,  subía despacio la calle de Los Madrazos, ventanilla abierta, cuando un hombre de mediana edad, con camisa de verano clara, me hizo una señal. Pensé que necesitaba una información y me detuve a su lado.
Me preguntó:
- ¿Hacia dónde va usted?
Yo le contesté educadamente:
- ¿Por qué tendría yo que decirle a dónde voy?
Me dijo entonces, muy educadamente también, a la vez que me enseñaba una placa:
- Primero porque soy policía y segundo porque circula usted en dirección prohibida.
Se apiadó de mi asombro porque debí poner una cara de gilipollas, y añadió:
- Intente dar media vuelta aquí, yo le guío.
Apartó unas vallas que impedían aparcar delante de lo que ví entonces que era una comisaría, y me guió amablemente.
Terminada mi maniobra, no pude menos que darle las gracias.
¡Eso de conducir buscando rimas en mi cabeza...!

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