jueves, 7 de marzo de 2013

Después del acto del 4 de marzo


Después del acto del lunes 4 de marzo en nuestra Casa del Pueblo

No solo somos unos cuantos compañeros iluminados los que pensamos y decimos lo que Roberto expresó tan bien el pasado lunes, recogiendo y ampliando la intervención de Antonio. Además de muchos historiadores y economistas lúcidos, el otro día no expresaron otra cosa en Madrid el alemán Oskar Lafontaine de Die Linke y un representante de Syriza. Igual hace Mélenchon en Francia y Julio Anguita aquí, entre otros. Y Susan George y Juan Hernández Vigueras, y Josep Fontana, y Vicenç Navarro... Muchas voces de  pensadores y analistas se alzan para decir a los europeos: "Cuidado que eso  es mas que una crisis, que es una guerra entre el capitalismo y el mundo del trabajo, entre el casino financiero y la ciudadanía. Cuidado que peligra la democracia”. Es una lucha de clases, la expresión tal vez haya envejecido pero no ha caducado. Nos quieren esclavizar y despojarnos de lo que duramente hemos conquistado durante decenios y siglos. Los Europeos somos un mal ejemplo en este mundo y nos quieren quitar de en medio. Los números que indicó la propia Merkel, y Cameron después de ella, son elocuentos y tenemos que repetirlos: Europa representa7% de la población mundial, 25% de su PIB y 50% de los gastos sociales. Eso es lo que les duele y quieren destruir. Los recortes para reducir el deficit no tienen como finalidad controlar el déficit, sino destruir nuestro estado de bienestar, destruir lo público, privatizarlo todo, incluído el Estado y la democracia. Este es el debate que hay que llevar por todos los lugares, y como dice un economista francés: tenemos que ser cada uno de nosotros un "virus" que propaga el mensaje.
No creo que hubiera mala fe el lunes durante el acto, ni intenciones ocultas, solo que unos venían a hablar de su libro y otros pensamos que hay cosas mas importantes y urgentes que ir a pescar votos y predicar un reformismo imposible y una alternancia dentro de un sistema que nos está destruyendo, practicando una oposición demasiado convencional y previsible. ¡De verdad piensan que el PSOE puede levantar cabeza así, por las buenas, predicando lo mismo de siempre! Es hora de debate en profundidad, de análisis y de acción. Es hora de una oposición frontal al capitalismo. Lo repito,  estamos en guerra aunque no nos damos cuenta porque no se ven (por ahora) tanques en las calles de Madrid. Pero tiempo al tiempo porque ya empezamos a ver mas represión policial, mas controles de identidad, leyes mas restrictivas  con las libertades, presiones del poder a través de sus medios afines para que no vayamos a las manifestaciones, para que no hagamos huelga. Estamos en guerra, y una guerra se pierde o se gana. Difícil será ganar porque, como dice Fontana, ellos están muy preparados y tienen muchas armas para impedir que ganemos. Pero no nos queda otra que creer que "sí se puede"y luchar. Tenemos que alzar el puño, símbolo de nuestra unión, y levantarnos masivamente como los franceses en tiempos de Robespierre cuando gritaban "La patria está en peligro". Para eso habrá que concienciar a muchos mas y hablarles del futuro de nuestros hijos y nietos, del planeta, de otra forma de producir y consumir, de otra forma de alimentarnos, de otra forma de relacionarnos, de otra forma de vivir.
Por eso, en vez de rechazar, con cara de  ofendidos, la idea de  Roberto de que tal vez no sea momento de  pensar en gobernar, nuestros dirigentes deberían darle vueltas a esa idea, y reflexionar en que vivimos tiempos que podríamos calificar de revolucionarios en los que el dilema es: o ellos o nosotros, o un mundo habitable y convivial o un infierno en esclavitud.  El PSOE tiene que volver a ser anticapitalista con todas sus consecuencias. Nuestro partido se ha hecho militante a militante y puede deshacerse de la misma manera. Nuestro partido es una herramienta al servicio del pueblo, lo decía Pablo Iglesias. Si la herramienta no le sirve, el pueblo la tirará.
Antoine.