jueves, 9 de marzo de 2017
El sistema formatea nuestras mentes
El sistema formatea nuestras mentes desde la infancia
“Si no estáis vigilantes, los medios de comunicación conseguirán
que detestéis a los oprimidos y que améis a los que los oprimen”
(Malcolm X)
Preguntándome porque algunos amigos míos me dicen: yo no votaría
a Pablo Iglesias. ¿Por qué les es más fácil votar a Rajoy que a
Pablo Iglesias?
¿Por qué a ciudadanos normales y corrientes como yo, de clase
humilde, les caen mejor Rajoy o Susana Díaz que Pablo Iglesias?
¿Será porque periodistas y tertulianos nos manipulan?
En parte sí, pero pensándolo mejor, hay más causas y seguramente
razones más profundas.
Si tuviese que dar una sola causa diría que la televisión tiene
mucho que ver. Pero la televisión tomada en su sentido más global,
desde los programas para niños hasta la publicidad, pasando por los
informativos, las tertulias, los juegos y hasta los deportes.
¿Pero qué relación puede haber entre un dibujo animado para niños
o una publicidad para un coche y la percepción que tenemos de tal
o cual candidato a unas elecciones?
Se podría pensar que sólo hay manipulación, formateo de las
mentes, condicionamiento de las personas, cuando vivimos en una
sociedad autoritaria, una dictadura.
Pero en las sociedades “democráticas”, que son de facto
dictaduras suaves, estamos sometidos también a un ferreo control
social, y eso, desde nuestra más tierna infancia. Por ejemplo cuando
somos niños nos enseñan a identificar lo que es conforme a las
normas (¿qué normas?) y lo que no lo es, nos impregnan de
prejuicios, por ejemplo prejuicios sexistas: azul para los niños,
rosa para las niñas, los hombres hacen bricolaje y las mujeres
limpian la casa. Prejuicios raciales: recordad estos estudios
repetidos en diversas épocas donde se presenta a niños una imagen
de un niño blanco y otra de un niño negro y se les pregunta sobre
quién es guapo o feo, quién es bueno o malo, con quién se
identifican, y resulta que niños negros se identifican con el niño
blanco. Vamos a recibir lecciones morales: te paseas con tus padres
por la calle y pasando delante de una obra te pueden decir: si no
trabajas bien en el cole tendrás callos en las manos como este peon
de albañil, y pasarás frío o calor.
Te enseñan lo que está bien y lo que está mal, lo correcto y lo
incorrecto, el respeto a la autoridad, a las reglas, la virtud de la
competición, del camino que conduce al éxito, se establece una
jerarquía entre los oficios, entre las asignaturas escolares, entre
hombres y mujeres, entre las razas. Estamos sometidos desde la
infancia a estos juicios de valores, a estos condicionamientos que
conformarán nuestro comportamiento futuro.
Y ahí llega la publicidad. Se ha estudiado que estamos bombardeados
por unos 3000 estímulos publicitarios al día. Y los cuentos,
dibujos animados, príncipes y princesas, que consideramos virtuosos
por su belleza, su estatus social, y más tarde los ídolos del
fútbol, y el amor romántico. Todo va siempre en la misma dirección
para empaparnos de la ideología dominante.
Y todo esto va a conformar un imaginario a la vez colectivo e
individual que nos empujará a marginalizar ciertas personas, por su
estatus social, por su corportamiento, por sus ideas, por su forma de
vestir o de peinarse, por su raza, por su religión, porque no están
de moda, y al contrario tenderemos a apreciar otras que serán
conformes a este formateo al que hemos estado sometidos.
Esta es la idea: la conformidad con un modelo dominante, con un tipo
de organización social que se nos presenta como universal, sin
opción de imaginar y aceptar otro. Eres conforme al modelo del
sistema o eres antisistema (y la “música”, el tono que se le
pone a esta palabra llevará una carga emocional despectiva, de
reprobación, de peligro, y más aún si le añadimos el adjetivo
“populista”), con lo cual a una mayoría no le apetecera ser
antisistema.
La televisión nos transmite todo esto amplificándolo, y esto nos
lleva a aceptar más facilmente determinados discursos, valores, y a
rechazar otros. Y uno de los medios más potentes para configurar
estos comportamientos es justamente la publicidad.
¿Que relación hay entre estos spots publicitarios con los que nos
bombardean y la política? Pues hay mucha: mirad estas publicidades
de coches, de cosméticos, etc...El mensaje de estas publicidades no
es nunca neutro, siempre es un mensaje conforme a esta sociedad de
consumo que nos empuja a acumular, acumular objetos, que despierta y
alaba el espíritu de posesión, de propiedad, de competición y
siempre con esta idea de moda que tenemos que seguir. Es pura
ideología política lo que nos transmite la publicidad. Y es muy
insidiosa, silenciosa, se te mete en la cabeza y te persigue hasta en
la cama, sin que te des cuenta, porque siempre hay detrás este
control colectivo que opera, aunque sólo fuera a través del espejo
que es la mirada de los demás, de estos otros que han sido ellos
también formateados de la misma manera. Con lo cual este control es
más eficaz aún que en una dictadura, puesto que no se necesitan
siquiera fuerzas represivas, los carceleros somos nosotros mismos.
Mirad un chaval en un instituto, si no tiene las mismas deportivas y
de la misma marca que sus compañeros se encontrará marginalizado de
facto. De hecho un chico que no puede comprarse una determinada marca
porque su familia no puede asumir este gasto, le pedirá a su madre
que le cosa un logotipo de Nike en su camiseta. Pensemos en una de
las últimas publicidades de coches: “Mi padre tiene esto, y
esto,...¿y el tuyo qué tiene? - el mío tiene wifi...” O esta
otra: “¿Pero no te puedes permitir un Opel?” O “no seas tonta,
compra Chanel que tú te lo mereces”.
No hay forma de escapar, aunque uno tenga una postura crítica
hacia la publicidad, el grupo te obliga a entrar en el molde para no
sentirte excluído, humillado, etc...y puedes observar el resultado
en ti mismo en cuanto pisas un hipermercado o pasas delante de un
escaparate. El ser humano es un ser social y hará todo para ser
aceptado por sus semejantes e integrarse en la manada.
Vemos pues como la publicidad entra sin que nos demos cuenta en
nuestras vidas y como está fuertemente cargada de una determinada
ideología política. Y no sólo la publicidad, todo lo que difunde
la televisión participa de este formateo ideológico: informativos,
películas, tertulias, juegos, deportes, etc...
Y en cuanto a la política, manipulados por los “expertos”, los
curas mediáticos, terminaremos actuando según sus deseos, que no
son otros que los deseos de los poderosos de este planeta, y
votaremos como ellos quieren, a quién ellos prefieren, convencidos
de que votamos “libremente”.
¿Por qué estos “expertos” esos curas mediáticos tienen tanto
poder de condicionamiento sobre nosotros?
Hay varias razones a esto. Ahí van tres:
- primero está una “violencia simbólica” que se expresa a
través de estos expertos, quiero decir que estaremos más
influenciados por el que lleva traje y corbata, que se expresa con un
lenguaje más elaborado, con más convicción, o que se presenta con
un título universitario rimbombante. Pensaremos que tiene la ciencia
infusa y le concederemos mucha credibilidad.
- segundo, estos expertos están en sintonía con la ideología
dominante, es decir la que hemos mamado. Podemos observar que son
siempre los mismos que se pasean de una televisión a la otra (si
siempre son ellos será que son los que más saben), como si no
hubiera en el país multitud de periodistas y universitarios tan o
más preparados que estos, que podrían expresar y desarrollar ideas
y opiniones alternativas.
- tercero, escuchar a estos expertos nos dispensa de pensar. Piensan
por nosotros. Nosotros estamos cansados, bien calados en nuestros
sofás cual vegetales, predispuestos a tragarnos estas ideas
predigeridas que nos machacan. Nos quedamos también en una situación
pasiva y dócil frente a los sermones de unos periodistas que nos
transmiten a través de unas “informaciones” el mensaje de que
ellos representan y hablan en nombre de los ciudadanos “normales”,
el mensaje de un pensamiento único que nos venden como universal e
insustituible.
Cuando estos curas mediáticos se dirigen o entrevistan a un
político, su actitud hacia él no será la misma según de quién se
trate, según que represente el orden social dominante (la mayoría
de los entrevistados del PP, PSOE o C's) o un peligroso antisistema,
y nosotros, observando esta actitud, vamos a interiorizar una cosa o
la otra en función de si este político pertenece a la comunidad de
creyentes normalizados que nos han metido en vena o es un herético.
Si este control, este formateo de las mentes, esta manipulación,
este condicionamiento funcionan como lo describo aquí, y si
pretendemos cambiar el sistema, es imprescindible desmitificar estos
spots publicitarios, estos “expertos”, contestar su poder,
bajar de su pedestal a esta televisión que es la herramienta más
peligrosa y dañina para nuestra libertad de pensamiento. Tenemos que
analizar, desmontar, explicar, denunciar estos procesos de
manipulación. Pensemos en la revolución francesa por ejemplo: fue
posible porque antes unos pensadores ilustrados en el siglo de las
luces habían hecho un trabajo preparatorio en las mentes de las
personas de su tiempo: criticaron, desacralizaron la figura del rey,
de la religión, es decir los cimientos del antiguo régimen. Y como
el edificio era ahora más frágil porque lo habían debilitado, los
revolucionarios de la época pudieron echarlo abajo en pocos años.
Por supuesto han habido también otras causas a la revolución
francesa.
Los que somos un poco más conscientes de esta manipulación, (un
poco solamente porque todos hemos sido formateados según estos
modelos), tenemos que debilitar este sistema, tenemos el deber de
analizar, explicar y denunciar estas formas de control de nuestras
mentes a través de la televisión que, lo repito, es la herramienta
más eficaz y más peligrosa para nuestra libertad de pensamiento, y
para nuestra libertad a secas. Bajar de su pedestal a la televisión,
a la publicidad, a estos expertos, tiene que ser una acción
imprescindible de los más conscientes (incluyo a los maestros y
profesores que tienen que enseñar a sus alumnos a “leer” un
cartel, una publicidad, un video, un cuento, un discurso, una
tertulia, etc...) si queremos echar abajo este nuevo “antiguo
régimen” en el que vivimos, y para esta tarea debemos por supuesto
utilizar todos los medios a nuestro alcance, entre los cuales, visto
el éxito de los youtubers, creo que los videos en youtube pueden
tener un papel importante. Así que: a despertar nuestra creatividad
y manos a la obra.
Antoine Candelas
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