domingo, 19 de diciembre de 2010

Unos sirven a Don Dinero, otros ayudan con la música.

El sábado, a las 7 de la tarde, en un salon de actos de la ONCE, en
Paseo de la Habana, escuché un concierto magnífico, interpretado por niños.
Se daba para ayudar a la Fundación Mozambique Sur, una ONG atípica en
la que todos los miembros pagan y ninguno cobra.
Escuchamos primero una Agrupación de viento de la Escuela Municipal de
Música y Danza de Navalcarnero. Decenas de niños tocando flautas,
clarinetes, oboes, saxsofones, tuba, etc...bajo la batuta de su
profesor.
Después fue la impresionante Orquesta de cuerda, decenas y decenas de
niños abarrotaron el escenario con sus atriles, niños y adolescentes
venidos de distintas asociaciones y orquestas. Allí tocaron juntos la
"Orquesta Asociación Grappelli", la "Orquesta del Colegio Suizo de
Madrid", la Orquesta del conservatorio de Getafe", la "Orquesta Escuela
Municipal de Navalcarnero". Bajo la batuta de sus profesores, decenas y
decenas de violines, chelos, contrabajos, tocaron siete piezas, todas
bellísimas, con una técnica perfecta y una interpretación emocionante
que te hacían saltar las lágrimas por momentos. ¡Cúanto trabajo para
poner a punto tal formación!
Un privilegio haber podido presenciar ese concierto.
Al salir, pensé que mientras unos se dedican a llevar a la quiebra a
países enteros por su insaciable codicia y su egoismo, otros se dedican
a servir la música desinteresadamente y a que decenas de niños aprendan
a tocar al compás y descubran lo bello y gratificante que es trabajar
juntos, codo con codo, en la realización de una obra común.
En estos días tan desalentadores, necesitaba sentir un soplo de
optimismo, y me lo han regalado todos estos jóvenes músicos y esta
Fundación Mozambique Sur. Les doy desde aquí las gracias.