miércoles, 18 de septiembre de 2013

El pragmatismo


El pragmatismo
Cuando me asomo a mi ventana, dirijo mi mirada a lo más lejos que mi vista me permite, y pienso, y sueño.
Cuando bajo a la calle y empiezo a andar, ¡qué remedio! tengo que mirar donde pongo los pies, por eso de no tropezar, resbalar o caer.
Espero de un líder político que me hable de sus ideales, sus sueños, sus esperanzas y sus utopías, de su visión de un mundo mejor.
Cuando baje de la tribuna y tenga que gobernar entenderé que la realidad es compleja y muchas veces adversa y admitiré que me diga: "mis ideales siguen siendo los mismos pero debo de ser pragmático en ocasiones".
Pero le despreciaré y le daré la espalda si se presenta a mí definiéndose como "pragmático". Que no me diga: "¡Yo soy un político pragmático!"
Que me diga que el simple hecho de tener que vivir el día a día nos obliga, muy a nuestro pesar, a ser pragmáticos.
Pero por favor, que no haga del pragmatismo una profesión de fe, ni una ideología, ni una virtud.
Que me diga que el pragmatismo es sólo la piedra en el camino de sus sueños.
Antoine Candelas.