lunes, 6 de septiembre de 2010

Pongamos que hablo de Madrid (con permiso del maestro Sabina)

Simple militante de base del Partido Socialista, y a mucha honra, no soy un profesional de la política y mi reflexión tendrá, con toda seguridad, algún punto de ingenuidad.

Se supone que los socialistas defendemos la justicia, es decir lo que es justo. Y me parece de justicia que quien ha estado a las duras esté a las maduras. Desde esta postura de principio pienso que Tomás Gómez es legítimo candidato a la Comunidad de Madrid. Sencillamente porque se lo ha ganado tiene todo el derecho a presentarse.
Por tanto, lo que me ha chocado en los acontecimientos de los últimos tiempos, no es que se prefiera y se proponga desde la cúpula de mi partido a otra candidata, sino que se haya presionado a Tomás Gómez para que le ceda el paso. No se le podía pedir eso a Tomás, los intereses superiores del partido no pueden llegar hasta menospreciar, incluso humillar a un responsable que ha cumplido con su trabajo. El fin no puede justificar los medios. Me alegro de que Tomás haya tenido el valor de aguantar la presión y se haya mantenido firme en su derecho a ser candidato. Haciendo esto, se hace respetar y hace respetar a todo el PSM. Si se presenta otra candidata, hay primarias y punto.

Durante estos tres años Tomás ha trabajado mucho y bien par traer paz y concordia en el PSM que bien lo necesitaba. Se lo está currando día tras día para ir al encuentro de la gente en todos los rincones de esta Comunidad, para escuchar a los ciudadanos y explicarles el proyecto de los socialistas para Madrid. Si no le ayudan mucho los medios de comunicación, ¿quien tiene culpa de ello?

Un sondeo (sondeo que yo no he visto, por cierto, y al que puedo dar crédito o no ), y que es del mes de junio, parece decir que hoy por hoy no es el mejor candidato para ganar a Doña Esperanza en el 2011, pero lo que es verdad hoy puede no serlo dentro de diez meses. El político serio tiene un proyecto y una estrategia y no puede andar dando tumbos detrás de los sondeos. Un sondeo sólo es un fotograma en la película de la vida. La labor del político es andar delante, hacer reflexionar y evolucionar, convencer a la opinion pública y no seguir sus caprichosos estados de ánimo. Para esta tarea se necesita convicción y constancia. Tomás tiene ambas cosas y la gente termina premiando la constancia y el trabajo serio y castigando el “Aquí estoy yo, pero sólo de paso”.
La política de las prisas y las improvisaciones de último minuto no suelen ser eficaces y la historia reciente lo ha demostrado en Madrid. ¿Se acuerdan de las candidaturas de Cristina Almeida o Miguel Sebastian ¿¿Es que no escarmentamos?
Tengo ya mucha vida detrás como para emocionarme con el carisma, las sonrisas de cine, las voces aterciopeladas y cosas por el estilo. ¿Acaso Aznar o Álvarez del Manzano tenían carisma? La gente quiere sentir que el político que le propone un proyecto para Madrid quiere a Madrid, se desvive por Madrid, cree en Madrid y en sus ciudadanos, y, pase lo que pase, seguirá trabajando para Madrid, en el gobierno o en la oposición, porque Madrid es su vocación. Eso no se transmite con carisma, sino con una convicción muy sentida, un trabajo diario y un proyecto honesto y creíble. Como ejemplo diré que Inés Sabanés me parece el prototipo de ese político serio, trabajador y creíble (I.U. se lo pierde). ¿Tiene carisma? Cada cual dirá. Tomás dice con razón que el mejor líder no es el que es conocido por más gente, sino el que conoce a más gente con sus nombres y apellidos.

La compañera Trinidad Jiménez tiene todos mis respetos y mi cariño, la tengo por una mujer de gran valía, y una política de entre los mejores, lo está demostrando en su tarea de ministra de Sanidad. Pero hace tres años no quiso presentarse ante Gallardón (prefiriendo en aquel momento una Secretaría de Estado). Su renuncia nos dejó un poco tirados, nadie quería enfrentarse a Gallardón y tuvimos que vivir el penoso episodio de la candidatura de Miguel Sebastián. Recuerdo con qué ánimos tuvimos que hacer campaña.

Se ha transmitido la idea que más valía evitar primarias, como si eso fuera a derivar por fuerza en una guerra fratricida de consecuencias negativas para la imagen del partido. Si es así, peor para nosotros, pues de nosotros depende que no sea así. A mí me parece al contrario que es la oportunidad de ofrecer a los ciudadanos el ejemplo de un partido democrático que valora a sus militantes cuya voz puede expresarse en libertad. Un partido que practica la democracia interna es más creíble cuando predica la democracia. Las primarias son democracia tanto y cuando hay juego limpio y las cartas no están marcadas. Las primarias dan al militante de base la satisfacción de sentir que tiene un papel importante en el partido, papel que no se limita a ir a hacer bulto en los mítines (iba a escribir las misas) para que en la tele no aparezcan calvas en la sala.

Repito: aunque yo no he pedido que hayan primarias, muy bien las primarias.. Yo votaré por Tomás porque lo está haciendo bien y se ha ganado mi apoyo y mi confianza, más allá de sondeos coyunturales. Después entraré en campaña apoyando sin reservas al que entre todos hayamos elegido.

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