lunes, 19 de abril de 2010

Nuestra democracia cojea

Nuestra democracia cojea y me temo que seguirá cojeando mientras no se repare la memoria de los que lucharon por la legitimidad de la República y sufrieron la crueldad del franquismo, mientras no cese el sectarismo de la derecha política, mediática, judicial y ultracatólica que se resiste a condenar a la dictadura y al dictador, mientras no se haga un debate crítico sobre la modélica transición y una revisión de nuestra ambigüa constitución y tal vez también mientras España no deje de ser representada por una monarquía instalada por el dictador y los españoles se pronuncien a favor de la tercera República.
La sombra de Franco sigue aún muy alargada cuando sale el sol sobre el Valle de Los Caídos, y me pregunto si unos cartuchos de dinamita, convenientemente colocados debajo de esta gigantesca cruz no podría ser una terapia liberadora para acabar con un mito que aún da miedo a muchos y cerrar de una vez esta vergonzoza página de nuestra historia que nos impide avanzar por la senda de la democracia, la tolerancia y el progreso.

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